Era uma vez um colúmpio.
Era mui, mui colúmpio, ese colúmpio.
Dejavase quedar, asi, como quien no quiere nada, bajo un arbol.
As veces, un chico venia verlo. Y as veces, lastimava el chiquilino, que volvia a la casa de la abuela llorando. Y muchas veces se divertian juntos, con las patitas del niño volando sobre los almendros cercanos.
El colúmpio mirava el mundo, as veces las nevada, o días de sol. Pero hoy, habia una lluvia que invitava al sueño, gotitas suaves a traves de la niebla.
Y el, ‘cachondeando’ un pínus:
- Alúúúúúbia – y cerrava los ojitos, contente.
- Qué? Eh?
- És que me gustas tu...
- Y que tienen las alubias?
- Son tan sensuales...
- Que inspirado estás.
- La visita del chiquilino.
- Ah, si? Y que tal?
- Estava con una chica, enamoradiza de columpios...
Y la pareja mirava al cielo, entre las ramas del pinus, las gotitas llenando los ojos.
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