sábado, 12 de março de 2011

El mar y la pareja

En una mañana, él salió de casa deseando nunca más volver a verla.
Había sol en las calles, el ruido del mar se hacía silencio cuanto más se alejaba del barrio. "Llega la primavera", piensa.

Los dos vivían en el barrio de pescadores, desde la muerte del abuelo. Una casita pequeña, sin agua, con energía eléctrica precaria, sin radiadores. El invierno había sido terrible, con la casa cerrada, helada, el buen humor de los primeros meses de matrimonio se marchara.

A él le fastidiaba los comentarios que ella hacía, comentarios tontos, en los cuales no paraba de reírse. Él quería hablar de cómo mejorar el mundo, y ella quería arreglar la casa. Él salía para reuniones con amigos, y ella salía en busca de trabajo. Él se emborrachaba con el poco dinero que conseguían, y ella lloraba.

A los dos les gustaba el mar. Los dos se sentían felices por estar cercanos al mar, aunque en tan malas condiciones.

El mar recordaba a él el pelo de ella, largo, de un color entre rubio y castaño. Con una sonrisa tímida, recordó el pelo cayendo por las espaldas, la piel tan blanca, y los gemidos y suspiros cuando hacían el amor.

Mientras el sol desaparecía, él se vuelve hacía tras, camino de casa. Al llegar, un raro olor a flores le esperaba.

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